miércoles, 28 de octubre de 2009

Cesar Robles, Juan Carlos Nievas y Rubén Darío Boussás:

La sangre obrera que es lucha y es
bandera




Hace 35 años nuestro partido, que en ese entonces se llamaba Partido Socialista de los Trabajadores (PST) sufría un duro golpe. Tres de sus militantes eran asesinados por la temible Alianza Anticomunista Argentina.El día 3 de noviembre de 1974, mientras nuestro partido celebraba su Congreso, una triste noticia enlutó el evento. Los cuerpos sin vida de dos jóvenes militantes partidarios seguían completando la lista de secuestrados y asesinados por la Triple A. Personas de civil portando credenciales policiales habían alzado de sus domicilios particulares al joven estudiante Rubén Boussás y al obrero de la firma Nestlé Juan Carlos Nievas. Por la noche, cuando aún no se había completado el regreso de los congresales a sus lugares de procedencia y cuando el partido ultimaba los preparativos para el velatorio, llegó la noticia de un nuevo asesinato de los parapoliciales. Esta vez, la víctima, había sido César Robles, introducido dentro de un automóvil a la vista de testigos en el barrio de Primera Junta y asesinado a veinte cuadras del lugar.César, era uno de los principales dirigentes partidarios, había sido parte dl ascenso estudiantil del `58 generado en el conflicto sobre “laica o libre”. En 1967, ya como secretario general, fue uno de los principales dirigentes del sector que enfrentó a Robì Santucho en el PRT.El año 1970 lo encontró dirigiendo la regional Córdoba del PRT La Verdad. En 1974 integró la delegación del PST que concurrió al Xº Congreso Mundial de la IVª Internacional, polemizando con las posiciones pro-guerrilleras orientadas por Ernest Mandel.A 35 años de sus asesinatos recordamos a tres militantes socialistas revolucionarios. Sosteniendo que el mejor homenaje que podemos rendirles, es la lucha diaria y constante contra la explotación capitalista y la construcción de una sociedad socialista.



G.R.

Kraft - Terrabusi:

El MST y Vilma Ripoll seguimos apoyando

Como hemos venido reflejando desde estas páginas, desde el 18-8, día que empezó la lucha, el MST y nuestra compañera Vilma Ripoll estuvimos al lado de los trabajadores de Kraft, enfrentando a la patronal multinacional, a la embajada yanqui, al gobierno nacional y a sus fuerzas represivas y a la burocracia de Moyano y Daer.En las últimas semanas, Vilma yel MST estuvimos en la puerta de los Tribunales de San Isidro, exigiendo que se levante la medida cautelar contra “Poke” Hermosilla. Acompañamos a los obreros de Kraft al Ministerio de Trabajo de La Plata y al de Nación. Tuvimos una gran presencia en la marcha a Plaza de Mayo y al final de la misma, tres compañeros de Terrabusi cerraron el acto hablando a la columna del MST.Seguimos impulsando el Fondo de Huelga y ayudando con dinero y con comida a los compañeros despedidos, juntando $530 en la asamblea docente del SUTEBA Tigre.El pasado viernes 16, hicimos un asado para hacer un balance de lo que se firmó y discutir como seguir la lucha, con trabajadores de Kraft y despedidos de los tres turnos, junto a nuestros compañeros Néstor Segovia y Jorge Morinigo del Cuerpo de Delegados del Subte, Ángel Perticaro del Cuerpo de Delegados de la línea 60, y compañeros del MST de la zona norte.Como decimos más arriba, esta lucha no terminó. Hay 53 trabajadores que siguen despedidos, y el MST y Vilma Ripoll vamos a poner toda nuestra fuerza y nuestras energías, en lograr que se reincorporen más compañeros. Esta lucha sigue junto a los compañeros despedidos, y junto a los trabajadores que están adentro. Y el MST y Vilma Ripoll seguimos al servicio de la misma.

Carlos Ugarte

Kraft - Terrabusi:



Una lucha heroica que no terminó

El domingo 18, a dos meses de iniciada esta gran lucha, la multinacional yanqui publicó costosas solicitadas: “Un acuerdo que termina un largo conflicto”… Así se sumaba al anuncio que la noche del 16 hicieron el ministro Tomada, Daer y Moyano. Se apoyaban en el acta que horas antes había firmado la mayoría de la comisión interna. Pero ni la patronal ni Moyano logran ocultar lo que sí saben los obreros de Terrabusi y, sobre todo, los 53 compañeros que aún siguen despedidos: esta lucha heroica no terminó y por nada del mundo tenemos que abandonarla.
Las obreras y obreros de Terrabusi/Kraft pro-tagonizaron una lucha larga y durísi-ma. Enfrentaron a la patronal multinacio-nal negrera, apoya-da por la embajada de EE.UU. Al gobierno nacional de Cristina y al provincial de Scioli. A todas las fuerzas represivas, que intentaron derrotar la lucha con palos, gases, balas de goma, caballos, perros, causando heridos y detenidos. A la burocracia sindical de Daer. A la CGT de Moyano, que acusó de “ultraizquierdistas” a los obreros y de “ideologizada” a su lucha. Y a la CTA, que sólo aportó palabras pero nunca vino a la puerta de la fábrica en esos 60 días de lucha.En la semana del 5 al 9 de octubre se perdió una gran oportunidadAnte la brutal represión a los trabajadores y la militarización de la planta, se abrió un nuevo momento político. El gobierno quedó debilitado, la patronal aislada y repudiada por la población. Y había condiciones de ponerlos contra la pared y avanzar en la reincorporación de los compañeros despedidos.Pero lamentablemente, una vez más, los dos sectores políticos conresponsabilidades en la conducción de la lucha dejaron pasar esa semana, aceptaron las dilaciones del Ministerio y las mentiras de la empresa sobre los supuestos 20 reincorporados (sin lista) y no se convocó una gran marcha a Plaza de Mayo en esa semana, exigiendo al gobierno nacional que intervenga, garantice el reingreso de todos y, si no, que declare a Kraft de utilidad pública, la estatice con control de sus trabajadores y su comisión interna, y distribuya la producción de alimentos en escuelas, hospitales y entre la población. Haber dejado pasar esa semana, en la que el gobierno K tenía enormes problemas, la empresa estaba aislada y la población apoyaba la lucha, fue un grave error.El acta deja afuera a 53 compañeros y no respeta lo votado en asambleasLa patronal y el Ministerio fueron bicicleteando a la interna con una lista de 20 reincorporaciones que nunca aparecía, y así llegamos a la reunión del miércoles 14. A esa reunión, que duró más de 6 horas, la patronal, el Ministerio y el STIA trajeron una propuesta tramposa. Se hablaba de “trabajadores excluidos”, sin diferenciar despedidos de suspendidos. Se decretaba que “la Comisión Interna se abstendrá de toda medida que pueda afectar el normal funcionamiento de la producción y se evitará todo tipo de actos que puedan afectar la normal circulación de personas y vehículos”. Y ante el vencimiento de los mandatos de la interna, se decía una generalidad que no obligaba a la empresa a reconocerlos como tales. La Comisión Interna no firmó esa acta y se quedó en consultar a los compañeros en asambleas. La asamblea de despedidos y suspendidos del jueves 15, en la puerta de la fábrica, reunió a casi todos ellos.Su decisión fue contundente:* Sólo se podía aceptar si la empresa reincorporaba 40 trabajadores, pero sin contar ahí los suspendidos ni los que ya hubieran arreglado. O sea, otros 40 despedidos que reingresaran a la fábrica, además de los 29 que ya habían entrado.* Rechazar la cláusula de paz social, sobre todo en cuanto a acciones fuera de la planta.* Y exigir un claro reconocimiento de la interna como tal hasta las próximas elecciones.También adentro se hicieron asambleas en los turnos tarde y mañana. En ellas, aunque estaban los veedores del Ministerio, los “líderes” y personal de la patronal, también la opinión de los trabajadores fue de no firmar nada si no había 40 reincorporaciones reales, por fuera de los compañeros suspendidos.El viernes 16 a la madrugada, la empresa vuelve a mostrar que era falsa la negociación y que el acta del 14 escondía el plan de dejar afuera a la mayor parte del activismo despedido. Ese día, los36 compañeros suspendidos debían volver al trabajo. La patronal no cumple y en una clara provocación, que mostraba su intento de canjear suspendidos por despedidos, renueva las suspensiones por 15 días más.Horas después, el Tribunal 3 de San Isidro falla a favor de “Poke” Hermosilla, el delegado del turno noche, y retira la medida cautelar y los cargos de violencia y peligrosidad que pesaban sobre él.Con ese fallo, que se sumaba a los otros favorables para todos losmiembros de la interna, y ante la nueva provocación de la empresa, se podía seguir la lucha y lograr reincorporar a más compañeros. Había condiciones de sobra para mostrarle a la población que era la patronal la que no cumplía nada, y mantener y profundizar la lucha.Pero por desgracia se hizo lo contrario. En la reunión en el Ministerio del 16, los delegados de la CCC firmaron el acta, que era claramente violatoria de las resoluciones de las asambleas deldía anterior. La patronal mezclaba despedidos y suspendidos, reincorporando sólo 12 despedidos y 28 suspendidos. Quedaban 53 compañeros afuera. Bogado no firmó, pero al hacerlo los otros tres compañeros de la CCC ya era la mayoría de la interna.La bronca de los compañeros despedidos no se hizo esperar. Estalló en el propio Ministerio, y se extendió a la entrada del turno noche de ese viernes y los días siguientes. Había fuerza y condiciones políticas para lograr más. Fue un grave error haber firmado el acta, que además decreta la “paz social” y no garantiza la plena libertad sindical de la interna.Seguir la lucha para que entren más compañerosLa heroica lucha de las obreras y obreros de Kraft permitió derrotar el plan de la patronal yanqui de cerrar un turno y dejar 800 compañeros en la calle. Se derrotó la política de aislamiento a la que quisieron llevarnos el Ministerio, el gobierno nacional y la burocracia sindical. La lucha de Kraft ganó la calle, y la simpatía y la solidaridad del movimiento obrero y de enormes franjas de la población.Todo esto, más la intervención conjunta de las organizaciones de izquierda -que más allá de nuestras diferencias nos jugamos con todo por la lucha-, permitió llegar hasta acá. Pero la lucha no estaba perdida, y las fuerzas de la base y del activismo daban para conseguir más reincorporaciones. Y así lo entendieron las asambleas.Mienten el gobierno y Kraft al decir que la lucha terminó. Mienten Daer, Moyano y la burocracia que se borraron cuando había 160 despidos, y ahora dicen que se pierden todas las luchas que dirigen la izquierda y los nuevos dirigentes. Se pierden o directamente no existen cuando la que dirige es la burocracia, sea de la CGT o de la CTA.Por eso ahora hay que seguir peleando para que entren más compañeros. Todavía no se pueden hacer medidas dentro de fábrica, pero sí afuera. Hay que organizar pronto un nuevo corte de la Panamericana, con todos los despedidos, los compañeros deadentro que vengan y todas las organizaciones que seguimos apoyando, y exigir que Bogado y Hermosilla -que no firmaron el acta- se pongan al frente. Hay que apoyarse en las resoluciones judiciales, que dicen que ningún compañero de la interna es peligroso ni violento, para que eso se extienda a todos los despedidos que quedan. Hay 53 familias que reclaman que esta lucha siga y 2.700 trabajadores que quieren que sus compañeros vuelvan a la línea con ellos. Por eso se aplaudió a los que entraron el lunes pasado. Y por eso se sigue gritando, con bronca, “y sí señor, mirá como entramos todos por el portón”.

Carlos Ugarte

jueves, 8 de octubre de 2009

Viva la lucha de Terrabusi

Esta heroica lucha ya entró en la historia del movimiento obrero argentino. Fueron 37 días de paro en los tres turnos. Una represión violenta, que hacía años no se veía, que conmocionó a todo el país. Los programas de tele, radios, diarios, todos hablan de Terrabusi. Esta lucha obrera tapó el tema de la ley de medios K, los problemas del seleccionado y las malas campañas de Boca y River. El Ministerio de Trabajo y el gobierno nacional se vieron obligados a intervenir. Hasta Moyano y la CGT dicen ahora que «apoyan a los trabajadores de Kraft”...
El lunes 5, 29 compañeros despedidos entraron a trabajar. Y ayer martes, el Ministerio y la empresa informaron que entrarían otros 20 compañeros. Hayque seguir apretando con nuestra lucha, sin tener ninguna confianza en las negociaciones. Llegamos hasta acá luchando, y solo así vamos a lograr entrar todos.

Una lucha histórica

Hacía muchos años que una pelea obrera no adquiría semejante repercusión y se transformaba en un hecho nacional. No pudieron derrotarlos con los despidos, las sanciones, el hambre ni los aprietes. Tampoco con la represión. No pudieron aislarlos ni tapar
la fuerza de la lucha.
La solidaridad obrera y popular no paró de crecer. Cortes, marchas, todo tipo de muestras de apoyo se extienden por el país. Los empresarios y sus aliados se ponen nerviosos. No quieren que el ejemplo se extienda.
Por eso interviene Tomada, el ministro bonaerense, el gobierno nacional y ahora hasta el propio Moyano. Por eso aparecen las primeras listas de reincorporaciones.
Pero no hay que dejarse engañar. La patronal sigue durísima. No termina de aflojar. No quiere a los delegados y a la interna en la planta. Mantienen su plan de reducir un turno y despedir cientos de compañeros. Quieren avanzar con la esclavitud laboral y por eso no dudaron en convertir la fábrica en un campo de concentración, tratando a los trabajadores como prisioneros de guerra.

Fuera la policía y basta de aprietes

A pesar de todas las promesas, la policía sigue dentro de la planta. Se los puede ver en todos lados, y a veces hasta en el comedor. Cuando se juntan dos o tres compañeros se acercan los “líderes” para apretarlos. En las reuniones con el Ministerio se hacen muchas actas que dicen que la policía se va a ir, pero todavía están adentro. ¡Que se vayan ya mismo de la fábrica! ¡Que no quede ni un solo policía!
Y basta de perseguir a los compañeros y compañeras. Ni los “líderes” ni la seguridad privada pueden seguir apretando a los trabajadores. Plena libertad para conversar y hablar entre los compañeros.
Hay que seguir la lucha hasta que entren todos. Si la empresa no cumple, el gobierno tiene que nacionalizar Kraft y ponerla a producir controlada por sus trabajadores.
No podemos bajar la guardia. No podemos confiar solo en las negociaciones. Si avanzamos hasta acá, es porque nos mantuvimos firmes en nuestra lucha. Ahora hay que seguirla. Si Moyano dice que nos apoya, que la CGT convoque ya mismo un paro nacional por Terrabusi. Hay que seguir con los cortes y marchas de solidaridad. Seguir junto a los trabajadores de adentro y ahora apoyados por los compañeros que van entrando.
Seguir unidos y organizados. Y exigir que la comisión interna ingrese ya mismo a trabajar.
Si la empresa no cumple, no sirven las multas. Es verso. Si la patronal yanqui no cumple las resoluciones del Ministerio de Trabajo nacional, el gobierno tiene que declarar de utilidad pública la empresa, expropiarla y ponerla a funcionar bajo el control de los trabajadores y sus delegados, para que los productos de Kraft se distribuyan en los colegios, hospitales y a toda la población. Van muchos días de lucha, pero no hay que aflojar. Esta lucha termina cuando entren todos los compañeros despedidos

Alternativa Socialista, Ediciones anteriores