martes, 26 de enero de 2010

No hay que pagar la deuda externa

Los Kirchner mintieron cuando dijeron que era un tema terminado. Le quieren seguir pagando a los usureros a costa de mantener y agrandar la deuda interna con el pueblo.


Mientras la crisis económico-político- institucional se sigue profundizando y Redrado no se decide a dejar el BCRA, muchos se preguntan: ¿Cristina se volvió loca y le dio “la fiebre del pago”?. Nada de eso. Los Kirchner tienen una larga trayectoria de pagar la deuda. Así lo hicieron con el megacanje primero, con los diez mil millones que le pagaron al contado al FMI y que ahora termina en este embrollo del Fondo del Bicentenario para pagarle más de 6.500 millones de dólares a los bonistas externos. Por eso, más allá de los dobles discursos a los que nos tienen acostumbrados, este último intento de pagar es parte indisoluble de la estrategia del gobierno. No debemos permitirlo, ni un peso más debe salir del país para pagar la fraudulenta deuda.
Cuando hace ya más de un mes Cristina anunció que crearía el Fondo del Bicentenario, es decir, destinaría más de 6.500 millones de dólares de las reservas del Banco Central a pagar a los bonistas extranjeros que habían quedado por fuera del canje, nunca se imaginó la tremenda crisis económico-político-institucional que se le venía encima. Nunca pensaron que un servil alumno del establishment como Martín Redrado se opondría a que se usaran las reservas para cancelar estas “obligaciones de pago”.
Para un lector distraído, esta situación aparecía como el mundo del revés, donde la «progresista» Cristina quería pagar la deuda y el liberal Redrado se oponía. Nada más lejos de la realidad. Como veremos los Kirchner tienen una larga trayectoria de pagar la deuda, de hecho el matrimonio ha sido el que más plata al contado ha pagado en la historia del país. Por más dobles discursos, cubiertos con un barniz de progresismo que pronuncien, los datos son incontrastables, el pago religioso a los acreedores ha sido la línea roja que guió siempre la conducta del gobierno. Y si hoy se ha desatado esta profunda crisis, no se debe a un cambio de conducta ni de roles como pretenden desde la oposición tradicional, sino a profundos cambios en la situación política del país, con un gobierno extremadamente débil y enfrentado con las masas, con la burguesía dividida y con dudas de la capacidad de Cristina de continuar sirviéndole para sus grandes negocios, con una oposición que pretende rearmarse y trata de sacar tajada de los desatinos del gobierno.

El pasado los condena

Para ubicarnos de qué estamos hablando cuando decimos que la línea estratégica del gobierno de los K fue siempre pagar, hagamos un poco de historia. Cuando Néstor asumió la presidencia, el país tenía muy frescas las llamas del Argentinazo por un lado, y por otro contaba con el colchón que significó la devaluación aplicada por Duhalde que garantizaba buenos negocios para la gran burguesía nacional que unánimemente apoyó su gestión. Sumado a esto la Argentina había declarado el no pago (default) de 103.000 millones de dólares, de un total de 190.000 millones que se debían, ya que al FMI, al BM y al BID que eran considerados “acreedores privilegiados” nunca se les dejó de pagar ni se les cuestionó su deuda.
Fue para 2005 cuando los buitres consideraron que esas llamas se habían apagado y había que presionar nuevamente para cobrarse estos 103.000 millones. Kirchner, con su acostumbrado doble discurso, nos vendió el “megacanje” como la mejor negociación del mundo. En realidad lo que hizo fue reconocerle a los acreedores externos 62.000 millones de dólares de una deuda que era cuestionada, incobrable, por 35.000 millones de bonos nuevos, frescos, o sea la quita real presentada como maravillosa fue de sólo 27.000 millones, sobre un total de 190.000 iniciales y que encima con los intereses pactados a 33 años, termina otra vez superando lejos los 190.000 iniciales.
La deuda que fue canjeada, volvió otra vez a manos de los bancos ya que los bonistas privados no pudieron aguantar y tuvieron que vendérselos a menos de su valor nominal. Encima, con estos nuevos bonos: “La Argentina renunció a cualquier objeción sobre la legitimidad de las acreencias” dicho en palabras simples, Néstor renunció a verificar si los papeles de deuda que poseían eran reales o truchos El megacanje fue un “meganegocio” para los acreedores y un gran pirulín que vendió el gobierno hace ya cinco años. Claro eran otros tiempos, Néstor contaba con el apoyo de la gran burguesía, la oposición era inexistente y los medios de comunicación untados por los dineros de la propaganda oficial cantaban loas a la negociación.
Ya al final del gobierno de Kirchner, el FMI viendo que el país tenía reservas, que la popularidad del presidente bajaba y el gasto público crecía a la par de la necesidad de compra de voluntades, decidió apretar el acelerador y exigirle el pago de 10.000 millones de dólares. Nuevamente afloró el doble discurso y fue entonces que nos quisieron vender que pagando al contado esos 10.000 millones, estábamos pagando la deuda externa y que ya nadie se metería en nuestras cuentas, que nos librábamos para siempre del FMI y otras mentiras por el estilo.
Pagamos y seguimos debiendo más de 160.000 millones de dólares. Claro que para hacer esta negociación los Kirchner tuvieron que salvar a Martín Redrado de una causa para que pusiera la firma y se concretara el pago. Sí, el mismo Redrado que ahora aparece como opositor a la utilización de las reservas.
Ahora, crisis económica mundial por medio y con un gobierno decadente, cuestionado por todos y con un panorama de crecimiento del déficit y caída en la recaudación, nuevamente los buitres internacionales vienen por la plata que sangre, sudor y lágrimas le cuestan al pueblo argentino. Esta vez los que vienen a rapiñar son directamente los bonistas extranjeros que no entraron en aquel megacanje del que hablamos, reclaman en papeles más de 20.000 millones de dólares más otros 10.000 de intereses. Esta deuda con los bonistas y el Club de París es de las más truchas porque más de la mitad es deuda contraída por la dictadura y lo que Cristina pretende reconocerle es casi el 35% del total original, cuando en el 2008, sin hacer ninguna negociación brillante, la misma no valía más del 20%. Vienen con todo y apurados porque temen que con las condiciones de crisis actuales, se empiecen a evaporar las reservas del Central y no puedan cobrarlos más. Es para pagar a estos chupasan-gres que Cristina quiere usar las reservas que se juntan gracias al esfuerzo del pueblo argentino.

¿Por qué quiere pagar?

Cualquiera podría preguntarse, si lo bonistas quedaron fuera del megacanje y hace años que están sin cobra, ¿cuál es el apuro de pagarles ahora y generar todo este lío? Sobre todo estando el gobierno tan débil y habiendo tanto descontento interno, ¿qué necesidad tiene Cristina de profundizar su crisis, pudiendo utilizar esa enorme cantidad de plata para atender otras demandas más urgentes? Para responder a interrogantes de este tipo, uno tiene que ubicarse en la lógica del gobierno y no desde la lógica común del pueblo y sus necesidades.
Los Kirchner, por más barnices de progresismos que se den encima, son un gobierno que responde hasta la médula a los intereses de la gran burguesía nacional e internacional. Esta burguesía hoy no tiene prácticamente nada de nacional, o son socios minoritarios de las grandes multinacionales o sus intereses son completamente comunes con el gran capital económico-financiero internacional. Por eso cuando las condiciones externas de crisis mundial aprietan, los pulpos intentan recuperar dinero de cuánto lugar puedan. Las reservas declaradas por casi 50.000 millones por la Argentina son un excelente lugar donde cobrarse. Por otra parte, y esto era sabido ya hace más de cinco años, las obligaciones de pago de los bonos emitidas por el país son impagables, sencillamente porque el monto global de la deuda es igual al PBI del país y los intereses acordados son superiores al crecimiento del mismo PBI. Dicho sencillamente, jamás podremos pagar lo que debemos y sus intereses porque los intereses crecen más de lo que se recauda. Cuando por circunstancias excepcionales, como puede ser el valor de los granos como la soja, se recauda más de lo previsto, entonces se recrea la ilusión que vamos a salir, que acumulamos reservas, etc.
Pero la realidad es implacable, más tarde o más temprano, ese veranito se acaba y se entra en zona de peligro. Es lo que estamos viendo ahora, que cae la recaudación, aumenta el déficit fiscal y peligra la capacidad de pago. Primero Cristina echó mano a los fondos de las AFJP-ANSES, pero esto también se acaba. El gobierno necesita plata fresca, porque no hay inversiones netas que garanticen un aumento real del PBI y un crecimiento de la economía que permita pagar con recursos propios. Por eso, en la lógica del gobierno, si pagan estos 6.500 millones, tienen la esperanza de ser considerados un país normal, que cumple con sus obligaciones y por lo tanto tiene derecho a crédito externo a menores intereses, lo que en su calculadora le permitiría ir tirando y ver si llegan sin un estallido económico al 2011.
En definitiva, el pagar para Cristina es un intento de mostrar un país más serio, lo que mejoraría las relaciones con el gran capital nacional e internacional y conseguir dinero fresco a intereses menores. Finalmente el utilizar las reservas para pagar la deuda, le permite a Cristina utilizar la plata que en el presupuesto de 2010 estaban destinados a pagar la deuda, para usos políticos propios, lo que todos conocemos como la “compra de voluntades” con la idea de que Néstor vuelva a presentarse a elecciones en el 2011.
Lo cierto es que al pagar se está dilapidando la plata del pueblo en el pozo ciego de la usura internacional. Significa una vuelta de rosca más al endeudamiento, por mucho más de los 6.500 que se pagarán ahora y una nueva vuelta al circulo vicioso de pagar para endeudarse más y volver a pagar lo impagable.

La oposición también quiere pagar
En este mundo del revés del que hablamos, ahora pareciera que reconocidos chupamedias del imperialismo como los radicales con Cobos y Morales a la cabeza, Macri o la propia Carrió, se han vuelto los paladines en la defensa de las reservas del pueblo argentino. Nada más lejos de la realidad. De lo que se trata es de oportunismo político. Ellos vieron débil al gobierno, desprestigiado ante el pueblo y entonces trataron de aprovecharlo para ponerse en la vereda de enfrente y aparecer como opositores.
Sobran los ejemplos para ver que los radicales siempre tuvieron la política de pagar con el hambre del pueblo desde Alfonsín hasta De la Rúa. Fue Alfonsín quien mientras en la campaña electoral del 83 decía que había que revisar la legitimidad de la deuda terminó pagando puntualmente todos los vencimientos de la misma y si se tuvo que ir antes, en medio de la hiperinflación fue sencillamente porque con los pagos fundió al país dejándolo al borde de la ruina. Lo mismo le pasó a De la Rúa, al que de nada le valieron los canjes de la deuda ni corralitos, fue su ministro de economía quién no tuvo mejor idea de intentar bajar el salario de los estatales para precisamente, pagar la deuda.
Macri es un empresario, hijo de otro empresario de la patria financiera que se benefició con la nacionalización de la deuda privada, que no puede ocultar su alegría por el triunfo de su amigo Piñera en Chile, rico empresario como él y socio menor del imperialismo yanqui. Esto sólo por nombrar algunos de los ejemplos paradigmáticos. Todos cuestionan los decretazos K, pero están a favor de seguir pagando la deuda y lo dicen claramente.
Duhalde, Reutemann, Carrió, Morales, Alfonsín, Cobos, Stolbizer, Binner, Sabatella… todos quieren pagar la deuda externa. Por eso, son lo mismo, están al servicio de los grandes usureros y el imperialismo

¿Qué podríamos hacer con esa plata?
El Fondo del Bicentenario que Cristina Fernández de Kirchner decretó formar es de 6.569 millones de dólares: 2.187 millones irían para los organismos financieros multi-laterales -tipo BID o Banco Mundial- y los otros 4.382 millones serían para los bonistas privados, que en esencia son los llamados “fondos buitres”, cuyos dueños a su vez son los grandes bancos imperialistas.
En vez de utilizar gran parte de los ahorros del país para pagarle a toda esa manga de usureros el fraude de la deuda externa, si nosotros fuéramos gobierno a esa plata le daríamos un destino totalmente opuesto: cumplir con la tremenda “deuda interna” que hay en la Argentina. ¿Qué podríamos hacer, por ejemplo, con ese enorme Fondo del Bicentenario?
Construir 260.000 viviendas. Como el costo de construir una vivienda popular de calidad hoy ronda los 25.000 dólares, en vez de pagar la deuda externa se podrían hacer 260.000. Este plan de viviendas masivo, además de resolver el problema habitacional de miles de familias que hoy no pueden acceder a la casa propia, generaría más de 700.000 nuevos empleos en la construcción y en sus industrias conexas.
Crear 1.700.000 nuevos empleos. En este año, los 100.000 empleos creados a través de cooperativas insumirán 1.500 millones de pesos, entre sueldos, herramientas y materiales. Como al pago de la deuda el gobierno K quiere destinar 25.000 millones, que es casi 17 veces más, con esa plata se podrían crear 1.700.000 nuevos puestos de trabajo, además de hacer arreglos en barrios, escuelas y hospitales.
Renovar todo el sistema ferroviario. Otra alternativa en vez de pagar deuda trucha sería reparar a nuevo los 28.000 kilómetros de vías férreas hoy en uso. Esto permitiría elevar a 120 km por hora la velocidad promedio de los trenes, el triple de la actual. Y además se podría comprar material rodante nuevo: 500 locomotoras diesel eléctricas, 1.500 coches remolcados para pasajeros y 15.000 vagones para carga.
Desde ya, ni los Kirchner ni ningún otro gobierno capitalista será consecuente en adoptar estas medidas. Nosotros creemos que es posible hacerlo como parte de un plan económico distinto y con un gobierno de los trabajadores y el pueblo, lo que requiere una pelea más de fondo. Más allá de eso, conocer y difundir todo lo que se podría hacer con los millones de la deuda nos fortalece para seguir peleando por el no pago.






lunes, 18 de enero de 2010

Viernes 22 17 hs. de Congreso a Pza. de Mayo

MARCHA UNITARIA CONTRA EL PAGO DE LA DEUDA EXTERNA



NO AL PAGO DE LA DEUDA EXTERNA

Con otro decretazo, Cristina creó el Fondo del Bicentenario y destinó 6.569 millones de dólares de las reservas del Banco Central a pagar la deuda externa. A su vez el neoliberal Redrado, puesto por los K, resiste como titular del BCRA pero también plantea pagar. Lo mismo Cobos y toda la oposición de derecha, que critican la forma pero no el fondo de lo que hace Cristina.

Pero la deuda externa es doblemente ilegítima: la empezó la dictadura militar, y los gobiernos posteriores la pagaron a costa del pueblo y sin jamás consultar nada.
En este año del Bicentenario de la Independencia, el gobierno K y la vieja dirigencia quieren cumplir con los usureros de la dependencia. ¡No! Hay que unir fuerzas para impedirlo y que toda esa plata quede para pagar la deuda interna, en trabajo, salarios, jubilaciones, vivienda, salud y educación. Y rechazar el embargo yanqui de los fondos buitre, a los cuales Cristina les abrió la puerta con sus decretos

Las causas del decreto K
Como sigue la crisis capitalista mundial y acá baja la recaudación, los K quieren manotear las reservas del Banco Central con dos objetivos principales:
1. Recomponer relaciones con el imperialismo y sus organismos financieros. O sea, que el país siga atado a esa rueda eterna de pagar a costa del pueblo, volver a pedir prestado y seguir debiendo.
2. Seguir haciendo caja para comprar las voluntades políticas de gobernadores, intendentes y punteros en vistas a la elección del 2011, ante un odio popular que crece día a día.

La “oposición” quiere pagar
Casi toda la oposición parlamentaria criticó el decreto K y pide convocar al Congreso. Pero para Cobos, Alfonsín, Macri, Reutemann, Carrió, Binner y demás políticos del sistema lo único grave son los vericuetos institucionales. La deuda la quieren pagar. Y los dirigentes de la CGT y la CTA, que en otros momentos hablaron de moratoria o no pago, ahora unos apoyan a Cristina y otros se callan la boca.
Nosotros rechazamos los decretazos y creemos que en todo tema clave se debería consultar al pueblo. Pero acá el eje es si hay que pagar la deuda o no. Y al igual que los K, toda la “oposición” dice que sí.

Unir fuerzas por el no pago
En vez de pagarle a toda esa manga de buitres y usureros, esa plata debe usarse para dar respuesta a las necesidades sociales. Eso sólo lo podemos lograr con una fuerte presión y movilización popular. Y si algo debiera hacer el Congreso es investigar la deuda, como lo ordenó hace años el fallo del juez Ballesteros y hasta ahora no se hizo, y mientras se investiga suspender todo pago.
Con Vilma Ripoll y Marcelo Parrilli, repudiamos la medida K y le pusimos un “candado” al BCRA para que no se lleven las reservas. Pino Solanas y Proyecto Sur hablan de investigar la deuda, pero no llaman a la movilización.
La única forma de lograr de que se logre el no pago o la investigación, es siendo miles en la puerta del congreso para exigirlo. El lunes 11 hicimos un acto unitario en Congreso. Llamamos nuevamente a movilizarze este viernes 22 de enero a la puerta del Congreso desde las 17hs contra el pago de la deuda fraudulenta! Llamamos a la más amplia unidad de acción a todos los que sostenemos el no pago de la deuda.


  • ¡No pagar la deuda externa! ¡Es toda ilegítima!
  • ¡Ni con los K, ni con Redrado y la oposición de derecha!
  • ¡Plata para trabajo, salarios, jubilaciones, salud y educación!
  • ¡Viernes 22 todos a Pza. de Mayo!

MST - Nueva Izquierda


Vilma Ripoll denuncia el pago de la deuda

domingo, 10 de enero de 2010

NO AL PAGO DE LA DEUDA EXTERNA

EL PACTO POR LA RECONSTRUCCIÓN DEL RÉGIMEN BIPARTIDISTA Y POR EL PAGO DE LA DEUDA EXTERNA USURERA
¿ ..."combatiendo al capital"... ?


"Con o sin Redrado, del
Banco Central no debe salir ni un solo dólar para pagar ese fraude que es la
deuda externa. Tanto los K como Redrado y la oposición de derecha coinciden en
pagar y volver al FMI. Sólo si ganamos los trabajadores y el pueblo esos
millones se destinarán a dar trabajo, vivienda, salud y
educación."

Los K se arrodillan ante el imperialismo

El gobierno anunció la creación del “Fondo del Bicentenario para el Desendeudamiento y la Estabilidad”. Es para pagarle más de 6.500 millones de dólares a los buitres externos.
Una vez más dejan de atender los reclamos de los trabajadores y sectores populares del país, para pagarle a los usureros.
Es de un cinismo sin límites en el 2010, año del Bicentenario de la Independencia, los Kirchner se arrodillen así ante los acreedores. No habría que pagar ni un peso de la deuda y destinar esos recursos a satisfacer las necesidades sociales.
Numerosos gremios salen a reclamar aumentos salariales y los desocupados luchan por trabajo genuino o que al menos no se caigan los planes y haya algún aumento. Esto refleja un panorama nacional donde el impacto de la crisis capitalista mundial ha profundizado la pobreza, la miseria y la desigualdad social, con incremento de la desocupación y reducción de salarios por la vía de las suspensiones.
Como línea general, el gobierno nacional y sus socios provinciales han salido al cruce de los reclamos con el argumento de que “la crisis es grave”, que “ha pegado fuerte”, que las provincias y el Estado nacional están “en “déficit presupuestario” y que por lo tanto “de aumentos de sueldo, ni hablar”.
Por otra parte, desde hace ya varios meses se sabe que al menos 15 provincias tienen sus cuentas en rojo y por ende dificultades para pagar los salarios de sus trabajadores. Entre ellas están nada menos que Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza que son las más pobladas. Esto refleja la gravedad de los problemas económicos del país.
Por eso resulta una burla total que el gobierno de Cristina haya salido a anunciar con bombos y platillos, como si se tratara de una medida progresiva o favorable para el país, que creará este Fondo del Bicentenario. Llaman “desendeudamiento” a pagar una deuda externa fraudulenta. Y llaman “estabilidad” al ajuste antipopular que significa destinar 6.569 millones de dólares de las reservas del Banco Central (el 37% del total) a pagarles a los bonistas extranjeros.
En realidad, con esta medida se les va a pagar deuda trucha a los grandes fondos buitres que vienen apretando a la Argentina desde hace años, cuando quedaron por fuera del canje y ahora cobrarían al contado gracias a los oficios de los Kirchner.
Pretenden hacernos creer que mediante estos pagos preventivos el país estaría en mejores condiciones para el 2010, que seríamos “un país confiable” y que la calificación subiría, lo que potencialmente atraería inversores y créditos más baratos. ¡Son todas mentiras! Lo que hacen es cumplir con las órdenes de la embajadora yanqui, que exigió “seguridad jurídica”. Hipotecan aún más el futuro del país, usando reservas genuinas que son el ahorro de todos los argentinos para pagarles a los usureros internacionales.
Que utilicen reservas para “honrar” una deuda ilegítima es ya de por sí grave. Que además quieran encubrirlo con doble discurso como una medida progresiva es una estafa política. Pero denominar Fondo del Bicentenario, justo en el 200º aniversario de la independencia nacional, a una medida tan de derecha y que reforzará la dependencia del imperialismo es directamente una ofensa a la dignidad de los trabajadores y el pueblo y a la soberanía del país.
Con los 6.569 millones de dólares de este vergonzoso Fondo se podrían atender muchos reclamos internos. Por ejemplo, construir 260.000 viviendas populares, a un costo de 25 mil dólares cada una, lo que además generaría 700.000 mil puestos de trabajo en la construcción y las industrias conexas. Esto solucionaría, aunque sea en parte, el reclamo que hoy están haciendo los desocupados.
Repudiamos esta medida del gobierno K y llamamos a luchar contra ella. Sostenemos que no hay que pagar ni un peso, ni un dólar de esa deuda mentirosa, y hay que usar ese dinero para atender la deuda interna, asegurando los salarios de los trabajadores en todas las provincias y dando respuesta a las necesidades sociales.


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