jueves, 11 de febrero de 2010

La POLI - PRO

Metropolitana para reprimir
Sin control alguno de la Legislatura y la Defensoría o cualquier otro organismo que implique algún tipo de representación popular, el 5 de febrero debutó la policía de Macri.


Escribe:
Marcelo Parrilli, Diputado por la Ciudad (MST)


La Defensoría y la Legislatura no controlan porque esta última no se reunió para formar la comisión especial que ordena la Ley 3255. Otra posible forma de control popular, a través de los Foros de Seguridad Pública, tampoco se efectuará porque Macri vetó la ley que los creaba.
Estas graves omisiones en materia de control se suman a la decisión de Macri de vetar la Ley 3298, que creaba el Comité de Prevención contra la Tortura, enmarcado en varios tratados internacionales. Así, la Metropolitana, desde lo legal e institucional, no tiene control alguno en su integración y en áreas clave de su funcionamiento.
Por ahora la Metropolitana actuará en la Comuna 12, que abarca Saavedra, Coghlan, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón. Son unos 850 efectivos, 500 de ellos a las calles, de los que un 70% provendría de la Federal y otro 10% de la Bonaerense. Aparte de que nadie sabe sus antecedentes, esto confirma que, de “nueva”, la policía macrista tiene poco y nada.
Con su policía, Macri ya suma varios escándalos. Primero puso de jefe al ex comisario, represor y pro-genocida Jorge “Fino” Palacios. Hubo resistencia. El Fino tuvo que renunciar y hoy está preso y procesado. Después saltó otro escándalo por las escuchas ilegales de Ciro James. Ese espía también está procesado y en su caída arrastró al ministro de Educación.
Todos esos antecedentes generaron un fuerte rechazo social que obligó literalmente a que la Legislatura aprobara una medida de control, que fue la mencionada Ley 3255.
Lamentablemente la Legislatura no suprimió la conformación de la supuesta nueva policía, como creemos necesario nosotros dado su carácter represivo. Recordemos que cuando se creó, el bloque K, la Coalición y el PS aprobaron la ley macrista.
Ante los escándalos, en diciembre y casi por unanimidad se aprobó la Ley 3255 que ordenó crear una comisión especial por 90 días para evaluar el ingreso a la Metropolitana del personal que viene de otras fuerzas. Obviamente, un control tan elemental debe ser previo a que tal cuerpo entre en funciones.
La propia ley establece que, a siete días de votada como máximo, se debía formar esa comisión con los diputados de las comisiones de Seguridad y de Derechos Humanos y la Defensora del Pueblo. No es que nosotros creamos que una comisión va a lograr una policía “limpia”. Pero si todos los bloques en ese momento lo consideraron urgente, si fueran coherentes deberían sesionar, formar la comisión y controlar al personal policial.
A hoy el plazo está supervencido y la comisión no se formó. La Metropolitana circula por Buenos Aires, con armas y picanas eléctricas, pero sin ningún control previo. ¿Y alguien podría asegurar que entre esos 850 efectivos Macri no tiene otro Palacios, otro James o alguno similar? Para colmo, de vocero policial Macri ha puesto a un ex vocero del ejército de Israel, que justifica las masacres de palestinos como “daños colaterales”...
El lanzamiento de la Metropolitana es una medida propagandística y electoral de Macri, que quiere postularse a presidente. Y un desesperado intento de tener una policía para enfrentar las protestas sociales. Asimismo es su ariete para perseguir a los sectores más desprotegidos con la excusa de proteger el espacio público: personas en situación de calle, vendedores ambulantes, artistas callejeros, artesanos, manualistas, trapitos y todos aquellos a los que el modelo social del PRO considera indeseables.
Frente a esto hay que mantener la movilización popular y exigir que se derogue la ley que dio origen esta nueva fuerza represiva. Y el viernes 19 participar de la marcha contra la Metropolitana que sale a las 17.30 del Obelisco hacia la Jefatura de Gobierno.

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