domingo, 1 de agosto de 2010


Macri se tiene que ir

Procesado por asociación ilícita por las escuchas ilegales, Mauricio Macri y su gobierno atraviesan una crisis inédita. Por ser el responsable del espionaje y de armar la Metropolitana con represores de la dictadura, en mayo nuestro diputado Marcelo Parrilli presentó el proyecto de juicio político para destituirlo. En la sesión del 20 de julio, el PRO bloqueó todas las propuestas opositoras: la de Parrilli, la de pedir que Macri se tome licencia, la interpelación, la de formar una comisión investigadora y hasta la de pedir una copia de la causa penal…
Al otro día, en una voltereta sorpresiva fruto de su crisis, Macri aceptó ir a juicio político. El proyecto del PRO, totalmente distinto al de Parrilli, se limita al tema de las escuchas. Aprovechando una leve ventaja como primera minoría, Macri quiere que la Legislatura lo “enjuicie” pero que no llegue a acusarlo. Ahora, como le es difícil juntar suficientes votos para iniciar el juicio político, crecen las chances de la comisión investigadora que impulsa la oposición. Sin descartar alguna nueva maniobra macrista, en principio ambas opciones se volverán a tratar el 12 de agosto.


Debates ante la crisis
El primer debate que surge frente a la grave crisis política porteña es si Mauricio Macri debe irse o no de su cargo de jefe de gobierno. Para nosotros categóricamente sí y por dos hechos fundamentales.
Como dijo Parrilli, “el primero es el haber conformado la cúpula de la Metropolitana con elementos provenientes de la dictadura, centralmente de la Federal y su Superin- tendencia de Seguridad. La integración de ese cuerpo, en el que cuatro de cada cinco jefes provienen de esa etapa y otros se vieron involucrados en la represión de diciembre de 2001, es un grave supuesto de mal desempeño del cargo.”
De ese problema central, que desde que Macri nombró al “Fino” Palacios como capo policial desató un escándalo tras otro, se desprende la consecuencia que generó el procesamiento iniciado por el juez Norberto Oyarbide y luego ratificado por la Cámara Federal. Más allá de que Néstor Kirchner actúe de fogonero por interés político, lo cierto es que Macri montó un aparato ilegal destinado a hacer “inteligencia”. No es un hecho menor: utilizó al propio Estado para hacer espionaje a funcionarios, diputados opositores y hasta su ex cuñado. ¿Qué derechos y garantías puede haber con semejante jefe de gobierno y su policía?
Estos hechos van más allá de tal o cual postura ideológica. Que 42 de los 52 jefes de la Metropolitana provengan de la dictadura niega la idoneidad democrática más elemental para dirigir el cuidado de la seguridad pública. Además, es la primera vez en la historia de la Ciudad que un jefe de gobierno está bajo procesamiento por delitos tan graves. Macri inexorablemente marcha hacia un juicio oral y público junto al represor Palacios y el espía Ciro James, ambos designados por él. Por ambas razones, debe irse cuanto antes.

Todo para que se vaya
La posibilidad de desplazar del poder a un gobernante ilegítimo, como lo es en este caso el ingeniero Macri, no depende sólo de factores superestructurales sino esencialmente del grado de movilización popular.
Por eso el MST-Nueva Izquierda, desde hace varios meses, viene desarrollando una campaña de agitación política para que los trabajadores, los estudiantes y en general los vecinos de la Ciudad se informen, intervengan en la crisis y se movilicen para lograr que se vaya Macri. Miles de volantes, dos series de afiches, pintadas, charlas en todos nuestros locales, mesas de difusión y marchas contra la Metropolitana y contra Macri son las acciones concretas de esa campaña.
En ese marco de impulsar la participación y la movilización, el proyecto legislativo de nuestro diputado es un instrumento más al servicio del mismo objetivo: echar a Macri. Y por eso el de Parrilli difiere por completo del ridículo proyecto que presentó el PRO, acorralado por la situación y a los apurones, que no busca acusar a su jefe sino salvarlo. Se equivocan por completo quienes pretenden igualar uno y otro.
Nosotros apostamos a que un proceso de juicio político, en medio de la propia dinámica de la crisis, combinada con la intervención popular, abra camino a la destitución. No sería la primera vez que ocurre. Y lejos estaría cantado de antemano el resultado, menos aún con el rejunte decreciente que es el bloque macrista.

El rol de la oposición
Los bloques de la oposición cuyos diputados acompañaron el proyecto de Parrilli de juicio político cuando el PRO lo rechazaba, ahora ante la jugada de Macri han variado su posición. El kirchnerismo especula políticamente, apostando a un desgaste lento de Macri pero sosteniéndolo en su cargo. Por su parte, tanto Elisa Carrió como Aníbal Ibarra también han salido a decir que debe seguir gobernando. Aunque lo critiquen, todos ellos defienden la continuidad de Macri en su sillón.
En cuanto a los compañeros de Proyecto Sur, si bien existe una divergencia táctica, compartimos el mismo objetivo de que Macri tiene que irse. Aspiramos a unir fuerzas en la movilización para avanzar en ese sentido. De todos modos, estamos convencidos que una comisión investigadora coherente tarde o temprano debe desembocar en un juicio político.
El problema, junto con definir si hay juicio político o una comisión investigadora, es si en la Legislatura la oposición va a seguirle aprobando a Macri herramientas para gobernar alegremente como si nada pasara o si en cambio no debe votarle ninguna ley más hasta obligarlo a que se vaya. Así lo dijo claramente nuestro diputado al cerrar su intervención en la sesión especial del 20 de julio: «Ahora nos están diciendo que quieren 600 millones de endeudamiento para AUSA y que quieren manotear el dinero de la venta de los inmuebles de Catalinas para aplicarlo a fines que no estaban previstos en la ley. No tenemos que votar esas leyes; no tenemos que votar absolutamente ningún proyecto que plantee el Poder Ejecutivo ni el oficialismo hasta que Mauricio Macri se tome licencia y avancemos en el juicio político.”

Movilizar en unidad contra Macri
Por encima de las maniobras desesperadas de Macri y el PRO, y por encima de los zigzagueos de gran parte de la oposición que tantas veces les fue funcional, desde el MST-Nueva Izquierda queremos hacer un llamamiento a todo el pueblo trabajador y a la juventud porteña.
La crisis política que hoy sufre la Ciudad de Buenos Aires tiene un responsable principal: Mauricio Macri. El mismo que por cuestiones de dinero está peleado hasta con su padre. El mismo que mandó a su vicejefa de diputada nacional por mezquina conveniencia política. El mismo que por gestión pública entiende los negocios privados.
A los organismos de derechos humanos; a los docentes, trabajadores de la salud, judiciales y demás compañeros municipales; a la CTA; a la FUBA y los centros de estudiantes universitarios y secundarios; a las organizaciones de desocupados, de inquilinos, a los movimientos sociales; a los partidos de izquierda y a todos los sectores democráticos de la Ciudad los convocamos a coordinar acciones unitarias para poner en marcha la cuenta regresiva de Mauricio Macri y de su gobierno de ajuste, espionaje y represión.

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